Ana Orenga Portolés spanyol

El Camino de Santiago. Las peregrinaciones

Las peregrinaciones alcanzaron ya en los siglos II y III un auge bastante notable en Belén y Jerusalén. Cuando Constantino el Grande mandó edificar en el año 362 la iglesi del Santo Sepulcro (sobre la tumba de Jesucristo) y descubrieron la Vera Cruz, se puede decir que por entonces el cristianismo incorpora la tradición de los viajes purificadores. El flujo de visitantes a los Santos Lugares alcanzó su máximo esplendor en el milenario de la Pasión – el año 1033 –, ya que la conversión de Hungría abrió una vía terrestre mucho menos peligrosa que la navegación por el Mediterráneo.
El llamado „camino francés” unió los Pirineos con Galicia. (Santiago de Compostela, meta final de las peregrinaciones, se encuentre en Galicia.)
En la Edad Media existen varios caminos para llegar a Santiago de Compostela, pero las rutas señaladas en un códice francés son las que tienen más popularidad. La noticia del descubrimiento de la tumba de Santiago se extiende rápidamente y todo el Occidente se interesa por el culto a los restos del Apóstol. El hallazgo de la tumba de un apóstol fue motivo suficiente para la peregrinación.
La peregrinación supone la llegada de un nuevo ambiente cultural: el arte románico, la lírica y las gestas, y todos los rasgos que completan la imagen de la Edad Media cristiana toman cuerpo en Santiago de Compostela. El Camino de Santiago contribuye en gran parte al nacimiento de un arte puesto directamente al servicio de la peregrinación.

Lección 1 - Civilización